Pájaros en la cabeza,
mariposas en el estómago.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Libros, libros y más libros.


Desgraciadamente, existen esos días en que te quedas atascado en algún punto entre el recuerdo, las risas que ya no están y las personas que por motivos que nadie conoce nunca volverán. Son esos malditos días cuando te das cuenta que el pasado sigue ahí y que los buenos momentos gritan en tu mente para tratar de sacar sonrisas nuevas, para tratar de hacer feliz tu día.

Sentarte a pensar sobre lo que ya no está... Eso he hecho hoy, y he sonreído, abrumado por la melancolía de mi sonrisa, pero a fin de cuentas era una sonrisa que salió de mi alma. Volver a sentir lo que sentiste en el momento en que se tomó esa simple fotografía. Volver a ver las caras que tanto echas de menos...

¿ Mi pasado ? Aunque pueda parecer aburrido, infeliz o absurdo, está lleno de libros por todos sitios, de lugares pequeños donde estudiar con poca gente y mucho silencio, de satisfacción por el trabajo bien hecho y el reconocimiento por mi día a día. Mi felicidad no era salir al recreo a jugar con mis amigos, mis días felices eran los días en que llovía, aprovechaba para escribir, estudiar y sentirme bien. No tuve una infancia infeliz, no tuve una niñez dura. Todo lo contrario, me sentía realizado, lleno de vida y sabía que la gente se preocupaba por mí, aunque no todo el mundo lo demostrara.
Recuerdo libros y más libros, y algún que otro esqueleto con un nombre estúpido en las aulas de estudio, y recuerdo esos días como días que me encantaría volver a vivir.

Y ahora, puedo compartir mis historias con las personas que estuvieron ahí esos días de lluvia, ellos también tenían sus días felices y sus visiones del mundo cuando solo éramos novatos en este juego llamado vida, ahora puedo recordar lo que viví y vivir lo que algún día querré recordar.