Pájaros en la cabeza,
mariposas en el estómago.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Una canción que te evoca un pensamiento, y ese pensamiento una palabra como Halloween, un olor como el café recién hecho o un sentimiento como el de querer amar a alguien pero no saber cómo.


Un alma con un gran conocimiento a cuestas, un corazón cargando con cientos de latidos que sonaron en mil países diferentes. 


Unos ojos que vieron cuando las lágrimas se lo permitieron, unos ojos que vieron paisajes, lunas, gentes, sonrisas, sombras.


No quiero volver a tener esa sensación de que mi vida está siendo desperdiciada por no estar haciendo lo que mis emociones me evocan; quiero que vivan ahí, en mi cabeza, perfectamente resguardadas para algún día decir: esto era lo que tanto anhelé y tanto hueco ocupó en mi mente.


Libros polvorientos de los que copié fragmentos y los fui pegando uno a uno en mi alma, para tener una historia de cuento.


La mente de un soñador, la imaginación de un niño, la fantasía de una sirena y la magia de una bruja. Tal como la palabra Halloween que tantas veces evocaron música y pensamientos en mi cabeza, tal como la melodía que siempre suena detrás de mi oreja, tal y como los sueños que no logro descifrar. 


Tener pájaros en la cabeza, mariposas en el estómago; esa es la sensación con la que quiero vivir el resto de mi vida.



sábado, 17 de septiembre de 2011

NEW YORK NEW YORK


 Como si de un sueño se tratase, en unos días decidí irme, cruzar el charco y embarcarme en una aventura. Nunca decidí algo tan importante en tan poco tiempo, y creedme que valió la pena.


Entre sus calles, sus gentes, las miles de vidas que Nueva York soporta, los millones de pensamientos que fluyen por sus avenidas, ahí estuve yo, en algún sitio entre la 5th avenida y el destino de mis sueños.



21 días de intensa vida, de cosas nuevas, evolucionando como persona. Entre sus calles me sentía como alguien MUY pequeños rodeado de cosas enormes, incluyendo los 
tacones de algunas chicas.

Y ese sentimiento al ver a la gran señora verde, algo indescriptible, algo que hay que vivir para poder decir: ¡realmente estoy aquí, no es un sueño!.


Si crees que hay algo en la vida por lo que hay que luchar, no pienses en cuánto te llevará hacerlo realidad, piensa en lo bien que te sentirás cuando lo estés viviendo y junta esas ganas, que harán que tu sueño tenga más posibilidades de cumplirse.
 Cuando imaginé qué se sentiría al estar sentado en los escalones del Metropolitan Museum pensé: tiene que ser algo aburrido, solo sentado, viendo gente pasar. Pero me equivocaba, no podía imaginar que un gesto tan simple como sentarse a comer un perrito caliente en unos escalones podía estar tan cargado de sensaciones, escuchar a un grupo callejero cantar la banda sonora del Rey León, ver como todo el mundo se echa fotos y sonríe como si estuviera viviendo un sueño, ver como ese perrito caliente nos sabía a gloria, por ser el primero que comíamos en los EEUU.
Tener Nueva York para ti, tener miles de opciones a la hora de decidir qué hacer, qué ver, qué visitar. 
La vida allí debe ser una locura, lo reconozco, pero el estar allí es un constante: Y aquí pasó esto, y en este sitio se hizo una película, y ese monumento es del año tal...


Tantas cosas que solo había visto a través de una pantalla o simplemente de fotos, se tornan en realidad, se tornan de piedra y sentido común y te das cuenta de que nada era inalcanzable, que siempre estuvo ahí, para cogerlo cuando quisiera.

Y como Audrey Hepburn en Tiffany's, me coloqué en la maravillosa tienda de los diamantes y las joyas de cine y me comí la mayor galleta que nunca imaginé reviviendo, a mi manera, lo que considero una película de ensueño, "Breakfast at Tiffany's".


Para mi fue increíble ese momento, fue como darme cuenta de lo que realmente estaba pasando: Estaba en Nueva York.
Mapas, horarios, entradas a museos, dólares... todo ello jugando en mis manos durante todo el día, componiendo mi día a día en la gran manzana.


Los taxis tan amarillos, las ciudades tan iluminadas de noche, la gente tan ocupada,... todo ello no parecía importarme cuando me hice a estar allí, realmente me sentía como un neoyorkino con mis planes en la cabeza y todo lo necesario para realizar el día de la manera más perfecta posible. 


Ni el metro supuso un problema, y eso que soy un chico de pueblo.
 He de decir que cuando piensas Nueva York, la gente te dice: Vas a ver a miles de actores, cantantes, celebrities.. La verdad, no sé si es que todos se escondieron o es que no rondaban los mismos sitios que yo, pero sólo me encontré a Rafa Nadal, un deportista ESPAÑOL (algo tener que ir a NY para encontrarme a un deportista paisano).

Eso sí, en el Madame Tussaud, estaban todos aglomerados, cantantes, actrices, directores de cine,.. el problema era que podías hacer velas con ellos, estaban hechos de cera.


Times Square, sólo decir LUCES, CÁMARA y ACCIÓN!.
Una zona transitadísima durante todo el día, decenas de limusinas por todos lados, cámaras de televisión retransmitiendo alguna noticia... 

Millones de marcas por todos sitios, publicidad en cada edificio, en cada esquina.





Brooklyn Bridge, un paseo muy agradable a lo largo de uno de los puentes más antiguos de Nueva York, y uno de los más bonitos.

Todo tipo de recuerdos se te vienen a la mente: despedidas de cine, besos apasionados de película, prisas en bicicleta de alguna serie de televisión; tal y como dije antes, todo a través de una pantalla, pero a partir de ahora, también a través de mi propia vivencia, grabado en mi mente.





Rockefeller Plaza, lástima no llegar en Navidad y ver el árbol que suelen poner todos los años, el más grande del mundo creo recordar.

Al ser verano, tampoco estaba por allí la pista de hielo, solo un puñado de turistas haciendo fotos, gente merendando en las terrazas, y niños disfrutando en la tienda de LEGO que había a escasos metros de donde me encontraba en esa foto. 

Museum of Modern Art (MOMA), Piccaso, Dalí, Van Gogh, Mondrian,... creo que aluciné en ese lugar, nunca había visto tan de cerca obras tan importantes a nivel mundial como lo son las que hay en ese museo.


Tantos años de trabajo, cultura, artes, resumidos en un edificio de unas cuantas plantas.






Una experiencia idílica, un sueño cumplido, una ciudad de luces y mentes ocupadas, una ciudad que añadiré a mi lista de ciudades preferidas.
No dudaría en volver, haría una maleta con tres trapos y una cámara de fotos. Cogería incluso una canoa con tal de llegar algún día... una promesa:

I 'll come back!


Mr: New Yorker for a month.