Pájaros en la cabeza,
mariposas en el estómago.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Kryptonita..



 Todo en esta vida tiene su lado malo y su lado bueno, pero creo que a veces la parte mala debe estar presente en nuestras vidas y no esconderlas para hacer como si no estuvieran... todos tenemos debilidades, pequeñas kryptonitas que nos hacen sentir vulnerables, por ello creo que no siempre deberíamos hacer ver al mundo dónde dar para hacer daño, pero tenemos que ser conscientes de que ese talón de Aquiles está ahí y que antes que otros lo utilicen para herir uno mismo sepa pedir ayuda o incluso cumplir con las responsabilidades que se tienen...


 Parece que a lo largo de la historia, mediante la mitología, hemos ido viendo ejemplos de pequeñas kryptonitas, pero no físicas, sino residentes en nuestras cabezas.
 Uno de los ejemplos podría ser el de Narciso, cuyo ego o podríamos describirlo como "enamoramiento hacia su persona", le costó la vida, tal era su belleza y tanto quería disfrutar de ella, que una de las veces que en el río admiraba su rostro, tanto se acercó, que lo próximo que se recuerda es a las ninfas recogiendo su cuerpo sin vida de las aguas del río...


 También nos habla de pequeñas debilidades, el mito del talón de Aquiles. Todo el mundo conocía al jóven Aquiles como un ser inmortal, hijo de los dioses, pero nadie conocía la verdadera historia de su "inmortalidad"; su madre Tetis le había sumergido en aguas del río Estigia que aportaba a quien introducía su cuerpo completamente dentro de él, la inmortalidad de un dios, pero el talón de Aquiles nunca llegó a tocar el agua, por ello nunca llegó a ser tan dios como todos creían que era... Nadie podía ser tan perfecto...


 El amor, otro de los grandes talones de Aquiles de las personas; Apolo y Dafne nos explican cómo el amor pudo llegar al extremo indeseado... Dos seres que se amaban, jugaron con los sentimientos de Eros el dios del amor al que todos conocemos como Cupido; tal fue el enfado de Eros, que disparó la flecha de oro a Apolo y la de plomo a Dafne haciendo que ésta nunca quisiese recibir el amor que Apolo le entregaba. Tal era el acoso del jóven por conquistar a la ninfa que finalmente ella desistió condenando el resto de su vida a ser simplemente un árbol, un olivo...


 Eurídice y Orfeo nos muestran cómo la tentación acaba sucumbiendo, como la kryptonita invisible del ansia acaba derrumbando todo pronóstico. El mito trata de un matrimonio feliz, Eurídice y Orfeo; un día Eurídice tras huir de Arsisteo (un hombre que enamorado de ella no paraba de perseguirla) es mordida por una serpiente que acaba con su vida... Orfeo desolado va en busca de su esposa a la tierra de los muertos gracias al permiso que Caronte le da para cruzar el río Estigia (que separa la tierra de los vivos de la de los muertos), finalmente tras cruzar el río, llegar al inframundo y conseguir convencer a Perséfone y Hades para poder llevarse de vuelta a Eurídice, la tentación de mirarla para corroborar que era ella aún sabiendo que no podía hacerlo ya que de lo contrario nunca lograría recuperar a su esposa, pudo con él, y Eurídice fue arrastrada de nuevo en brazos de Hades y Perséfone....


 Por último, me gustaría hablaros de la sensación de libertad, la sensación de sentirte libre, la cual siempre conlleva responsabilidades que la mayoría de las veces se olvidan, esas responsabilidades son las que pueden hacer que realmente seas libre.. así nos lo cuenta el mito de Ícaro y Dédalo. Padre e hijo fueron los encargados de la construcción del laberinto de Creta del rey Minos, el cual alberga al minotauro; finalizada la obra, Ícaro y Dédalo fueron encerrados en la torre, con ansias por escapar y viendo la dificultad de la situación puesto que el laberinto estaba construido en una isla y que por ahí merodeaba el minotauro, Dédalo ideó una huída por el aire, creó unas alas con plumas y cera y tras ponerlas en práctica le hizo unas a su hijo Ícaro y finalmente lograron salir de esa isla. Ahora, la parte mala, esa responsabilidad de la que hablaba antes, debían mantener una altura media, no podian volar muy bajo por el riesgo de ser engullidos por el mar, ni muy alto debido a que el calor del sol podía derretir la cera... Ícaro, jóven e inconsciente, no hizo caso a estas responsabilidades y sintió en cada una de sus terminaciones nerviosas la sensación de libertad, lo que le llevó a volar cada vez más alto... se derritió la cera y... Dédalo tuvo que contemplar cómo su hijo pasaba a formar parte de las profundidades del océano...






 Sé que no todos nuestros puntos débiles tienen que llevarnos a la muerte o al destierro o algo parecido, pero sí pienso que es bueno que reconozcamos estas debilidades y que aunque no las compartamos por seguridad o vergüenza, sepamos conocer dónde están nuestros límites y a partir de qué punto tenemos que pedir ayuda... porque como nos mostró Aquiles, nadie es tan perfecto....




Espero que vuestra Kryptonita esté a buen recaudo, mejor eso a que alguien la use en nuestra contra....




Love u, Brookers.




Mr. Kryptonite.

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