Me perdí entre los sauces, entré en la niebla... pude oír murmullos repletos de ritmo, un ritmo casi mágico.... podía notar como mi cuerpo iba a poco menos de flotar sobre las aguas que me separaban de esa melodía...
Mágicas criaturas tomaban mis manos sin soltar palabra y adornaban mi cuerpo desnudo con largas y casi transparentes telas de seda de mil colores,... sentía como las ninfas y las dríades hacían sonar el viento entre las hojas de los nenúfares, era un sonido... dulce y místico.
De entre las aguas aparecían sirenas que cantaban como si fuera el último día que poseerían sus adorables voces... me hacían pensar que los cuentos que una vez oí fueran ciertos, nadie inventó una historia de brujas, alguien las vivió, y este era mi momento...
De repente sentí frío, y todas las criaturas que habían llenado mi vista de colores y magia desaparecían entre las flores que tornaban grises y entre las aguas que se volvían oscuras... corrí asustado hasta guarecerme en un hueco que se abría en el tronco de un sauce llorón, que me permitía ver que ocurría, cuando sin esperarlo,... de entre las tinieblas una sombra gris y triste se paseaba matando cuanta flor roja veía a su paso; tímida aunque valiente, una pequeña dríada, procedente de un rayo de sol que vagabundeaba por el lago hizo acto de presencia y logró que las tinieblas volvieran a su origen, alejó las pesadillas e impuso el canto de las sirenas sobre la tristeza de la muerte... aterrado al salir de mi escondite volví a encontrarme con el mundo de melodías y olores que me había embaucado minutos antes...
Hadas, ninfas, dríades y mandrágoras volvían a cantar a la luna, volvía envolverme en sus murmullos y volvían a llevarme a la tierra de los sueños de la que nunca regresé...
Me gusta ;) ... ¿Escribirás hasta que se casen las hadas? Espero que sí... Besitos.
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